Las investigaciones más recientes demuestran que el estrés y la ansiedad de la madre pueden además tener repercusiones significativas sobre la salud mental infantil; puede producir cambios persistentes en el sistema de adaptación al estrés del niño (a nivel del eje hipotálamo hipófisis-suprarrenal), cambios que lo harán más vulnerable e incrementarán considerablemente el riesgo de que padezca trastornos de conducta, emocionales o de hiperactividad.
Este hallazgo por si mismo confirma la necesidad de prevenir, diagnosticar y tratar precozmente los trastornos de ansiedad en nuestros estudiantes.
(Apartes documento Dra. Ibone Olza)
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